EL SÍNDROME HEMORRÁGICO, ¿QUIÉN ES EL RESPONSABLE?


Fotografía: Guilherme Jofili


Brasil, 1912, una persona diagnosticada de hemorragias, de las cuáles no lograron identificar de inmediato el motivo, ya que se consideraba que la sangre de esta persona era normal sin precedentes de discrasias (enfermedades o trastornos principalmente sanguíneos), como si algo le hubiese trastornado la coagulación.  Venezuela, 1967, se describe por primera vez, un síndrome hemorrágico que se presentaba con cierta frecuencia, en zonas determinadas, con características muy particulares.  Río Grande do Sul, 1989, son descritos casos con el síndrome hemorrágico, los eventos se dieron continuos e iba en aumento, solo en el año de 1997, se presentaron 110 enfermos con el síndrome, al siguiente año unos 236 en el mismo lugar.  Investigadores indicaron casos también en Amapá, se encontró que estaba difundido no solo en el sur de Brasil, sino en países como Venezuela, Argentina, entre otros.


  Las lesiones se presentan en la mayoría de casos en los jóvenes, se inician en las zonas descubiertas que frecuentemente son extremidades superiores, a veces parte de las inferiores, menos frecuente el cuello.  Las zonas que se identifican los accidentes ocurren en América del Sur principalmente, América Central y un país del Norte, México; esto es, que se produce solo en América Latina y en ningún otro lugar del mundo, con predominio en Brasil.  Los sitios donde se propicia el problema, son en los que se encuentran ciertos árboles y plantas como el cedro, aguacate, platanales, duraznero, ciruelo, peral, gomero, higuera del monte, otras.  La responsable del síndrome hemorrágico, es una toxina, pero tranquilidad, no es producido por las plantas mencionadas, la responsable los ha colonizado, convirtiéndolos en su hábitat. Inicia produciendo un dolor incandescente, se suele presentar edema que es líquido acumulado en una zona de tejido u órgano; presentándose la inflamación y eritema que es un exceso de sangre en los vasos capilares apreciándose con ello, enrojecimiento de la piel; ambos tienen una duración e intensidad inconstante, esto será proporcional a la cantidad de lesiones en la piel producidas por el responsable, inoculación dada y características físicas y biológicas de la víctima.

  Entre una 1 a 72 horas, se presenta una discrasia sanguínea (donde el tiempo de coagulación va aumentando conforme transcurren los minutos, hasta que no es posible la coagulación sanguínea).  Ahora es cuando se presenta la hemorragia, generalmente posterior a las 24 horas de las lesiones, aunque no siempre sucede.  En ocasiones aparece en forma de equimosis que son estancamientos de sangre subcutánea, hematomas llamados también cardenales (acumulación de sangre) como también gingivorragias (encías sangrantes) y epistaxis (hemorragia en las fosas nasales), interarticulares, abdominales, pulmonares, tiroidea y parénquima cerebral, que es un accidente cerebrovascular, que consiste, en este caso, hemorragia cerebral y en el 10% de los casos, parénquima renal (hemorragia renal)...



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